By Benja.
Parece que mis rulos no daban para más. Definitivamente, había que hacer algo, porque ya hasta me estaban incomodando la vista. Así que a pesar del pedido de varios familiares para que siguiera luciendo mis tan simpáticos rulitos, partimos a la peluquería con mamá.
Ella, temerosa de que el peluquero me clavara una tijera por mis ya conocidos movimientos bruscos. Pero la sorprendí. O mejor dicho, la peluquería me tomó de sorpresa. No entendía nada qué estaba pasando, así que me quedé bien quietito y serio en mi autito, y fin de la historia.
Ahora volví a ser una persona decente. ¿Qué opinan?
ídolo Benja! ahora no sólo compartís peluquería con Felipe sino también el mismo peluquero!! es manos mágicas me parece!! quedaste divino!!
ResponderEliminarEn serio? Es la misma peluquería y el mismo peluquero??? Qué gracioso!!!
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