El viernes fuimos a comer a lo de nuestros tíos segundos Pato y Martín. La ídola de Pato nos había hecho menú especial de patitas con caritas de papa. Y por supuesto también picoteamos de lo de los grandes. Nos trepamos por todos sus sillones, corrimos, gritamos un poco, jugamos (y volvimos un poco loco) con nuestro primo segundo Máximo, vimos dibus y hasta le dejamos a Pato un recuerdo escrito con birome en su sillón de cuero. Somos un amor.
Pero la gran sorpresa de la noche vino por otro lado: papá fue oficialmente nombrado padrino de Máximo!!! Muy bien papá! Ahora tenemos más excusas para volverlo loco un poquito más.
Máximo, a partir de ahora te acabás de convertir en un primo re importante: el ahijado de papá.
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