By Benja.
Y sí, mi flequillo ya no me dejaba ver. Las patillas parecían las de un conocido político según me comentaron. Y ya se me estaban haciendo casi bucles en las puntas.
"Es hora de sacarle punta al lápiz", dijo mamá, y me llevó a lo de mi peluquero amigo, que es casi como ir a Disney: autito para sentarme mientras me cortan, "capa de superhéroe" para que no se me caigan todos los pelos encima, cajones llenos de juguetes, mini-calesita y hasta videojuegos!
El resultado, véanlo ustedes mismos:
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