By Sofi.
Manu tuvo un casamiento la otra noche, y me trajo de regalo un disfraz de hawaiiana. ¿Adivinen qué? No me lo saqué ni un segundo durante más o menos una semana. Pero el record fue el primer día, que me dediqué a bailar todas las canciones de mis CDs con este nuevo atuendo. Claro que los temas no tenían nada de hawaiiano, pero qué importa, no? Yo me divertí igual, y lo mejor fue el auto-análisis que hice siguiendo mis coreos en el reflejo de la ventana.
Eso sí, después de tanto baile (y algún que otro tropezón!) hubo que reponer energías y nada mejor que un riquísimo choclo para lograrlo!
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